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| Vértice Geodésico de Cuchillejo (933 msnm) |
La provincia de Valladolid, a pesar de tener una altitud media elevada, un poco por encima de los 700 metros, es, de largo, la provincia con menos montaña de todo el estado español, es más, montaña como tal no tiene, tan solo cuenta con unas elevaciones denominadas cerros u oteros, destacando los de Torozos al norte de la capital, los del Cerrato que se encuentran al noreste, y por último la serie de cerros que flanquean los ríos Esgueva y Duero y que por el margen izquierdo de este último, dan paso a una serie de páramos elevados que llegan a la provincia de Segovia, donde se encuentra además Cuchillejo con sus 933 metros de altitud, y las localidades más elevadas de la provincia, siendo Campaspero, con 919 metros, la más alta de toda la provincia.
Para que os hagáis una idea, en esta provincia de 8110 Km cuadrados, el punto más alto está a 933 metros, y el más bajo es el lugar por donde el Duero abandona la provincia que está en Villafranca de Duero a 626 metros. Apenas 300 metros de desnivel entre el punto más alto y el más bajo.
La única provincia cuyo punto más alto está más bajo que el de Valladolid es A Coruña; siendo su punto más alto el Monte Pilar en Toques con 803 metros. Son las dos únicas provincias que no llegan a los mil metros de altitud en ningún punto de su territorio.
Inicio la ruta en Castrillo del Duero, cuna de Juan Martín Díez "El Empecinado". Lo de empecinado, que al final cogió otro significado, gracias a él, le venía de ser una especie de apodo a todos los habitantes de Castrillo, debido a la cantidad de pecina que hay en el Arroyo Botijas que pasa por la localidad.
Salgo por el Camino de las Bodegas, y nada más empezar, cruzo el Arroyo Botijas y si que se observa la gran cantidad de pecina que hay en su lecho.
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| Camino de las Bodegas |
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| Arroyo Botijas |
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| Bodegas |
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| Castrillo de Duero |
Sigo subiendo poco a poco hasta pasar por debajo de la línea de alta tensión, dejando a mi izquierda el cerro Mirabuenos, e inicio un corto descenso. En el día que hago la ruta (1 de mayo) están los valles verdes, ya que los campos de cebada están altos y con un tono verde que recuerda más bien a otros parajes y no a la estepa castellana.
Al descender dejo atrás el Valle del Botijas, y llego a otro formado por el arroyo Carramonte, que está realmente precioso con esas tonalidades verdes del campo, tan solo rotas en alguna parcela donde hay vides.
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| Bajando hacia el Carramonte |
El pequeño arroyo Carramonte da sus aguas (cuando las lleva) al Botijas en la localidad de Olmos de Peñafiel. De todas maneras, decir que este pequeño arroyo si suele llevar agua, y hay bastantes pozos y puntos de extracción que usan los agricultores para regar sus tierras.
Al llegar a la altura del arroyo, giro a la izquierda dejando a mi derecha el camino que me llevaría a Olmos de Peñafiel.
Nada más girar, comienzo a subir, pero muy suave, sin apenas desnivel, pero choca la gran sensación de paz y de soledad. Quizás por ser día festivo no hay ningún agricultor trabajando sus tierras, y lo único que se oye son los trinares de los pájaros, destacando algún cuco con su peculiar sonido. Dentro de la fauna del lugar que se deja ver, destacan los conejos. Son una plaga, pero lo que más me gustó y me hizo ilusión, fue ver cruzar delante mía a dos corzos.
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| Camino por el que vamos subiendo |
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| Cepas de Ribera |
Una vez llegado al páramo, giro a la izquierda. Al fondo se llegan a ver las cumbres del Sistema Central, concretamente las de la Sierra de Ayllón.
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| Al llegar al páramo, este el camino que hay que tomar |
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| Al fondo la Sierra de Ayllón |
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| El páramo |
Al poco de tomar este nuevo camino, que además hace de frontera entre las provincias de Valladolid y Segovia, ya se ve el vértice geodésico del Cuchillejo, junto a un montón de piedras amontonadas por los agricultores que van sacando de sus tierras.
Para llegar al vértice geodésico, hay que atravesar un poco las tierras de labranza, ya que no hay camino propiamente dicho hasta él, pero es fácil, ya que es poco trayecto, y además, por suerte a pesar de haber llovido algo, no hay excesivo barro.
Tras hacerme unas fotos en el vértice, vuelvo al camino, que empiezan a caer unas gotas, así que por si acaso se cierra a llover, yo voy andando. Al final nada, cuatro gotas.
Me llama la atención cuando estoy llegando casi al camino que baja de nuevo al Valle del Botijas unos campos de lavanda. ¡Qué bien huele aquí! y que vistas. Se ve como el valle se va cerrando, haciendo un circo bastante cerrado, y como el río a excavado un angosto valle donde está asentada la localidad segoviana de Cuevas de Provanco. Mirando al frente, hacia la llanura, se ve perfectamente la localidad de Roa, y al fondo, ya bastante al fondo, parte de la Sierra de la Demanda.
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| Campos de lavanda |
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| Valle del Botijas |
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| Vista panorámica |
En la última de las fotos anteriores, si amplías la imagen puedes ver las montañas de la Sierra de la Demanda a las que hago alusión.
Al poco de iniciar el descenso, llego a una fuente donde me refresco e hidrato un poco, sale un agua fresquísima y rica.
Pues nada, poco a poco llego de nuevo abajo, vuelvo a cruzar el Botijas, y entro a Castrillo de Duero pasando por la Puerta del Sol
Pues nada, ya de vuelta en Castrillo, me dirijo al coche para acercarme a tomar un riberita en la cercana localidad de Peñafiel.
En definitiva, ruta muy sencilla de realizar, de poco más de 12 kilómetros que se pueden hacer en unas dos horas, y que ofrece en esos pocos kilómetros un poco de todo; campos de cereal, viñedo, páramo, vegas, campos agrestes y áridos, fauna en libertad, barro, piedras...
Y por si queréis descargaros los tracks de la ruta, aquí dejo el enlace que subí a la página de wikiloc.
Buenos días,
ResponderEliminarSi puedes pásame un correo para contactar contigo.
Gracias
www.forocarreteros.com